miércoles, 8 de agosto de 2012

El Galley de Nita: Pasajeros raros, raros, raros. El inspector de pesca y el perro de Pitingo

El Galley de Nita: Pasajeros raros, raros, raros. El inspector de pesca y el perro de Pitingo

¡Ya está aquí! ¡Ya llegó! ¡El verano se coló! y… ¿sabéis lo que eso significa? significa que todos los vuelos van llenos, llenos de niños casi siempre escandalosos, de grupos de adolescentes excitados y muy ruidosos, de pasajeros que no son “viajeros habituales” que vuelan una vez al año y además… ¡se van de vacaciones! lo que significa que estan “relajados y tranquilos”
  • ¿que tengo que apagar el móvil? sí, sí….ahora voy…
  • ¿que me tengo que sentar? sí, sí, le cuento el chiste a mi amigo y ahora me siento.
y ¿qué quereis que os diga? yo me alegro de que vosotros estéis de vacaciones, mola, pero… ¡yo estoy trabajando! así que deja de poner en Facebook lo chulo que es el avión, apaga el teléfono, cuenta el chiste luego y sientate…¡YA!
Luego están los pasajeros que, aunque vayan de vacaciones esta super estresados y aunque vuelan una vez al año, creen que conocen perfectamente sus derechos (de sus obligaciones no han oído ni hablar) y exigen a gritos las mayores tonterias:
  • señorita, no hay sitio para mi maleta
  • ¿cómo que no? aquí tiene un sitio, mire…
  • ya, pero ese sitio está en la fila 12, y mi asiento es el 9, no quiero mi maleta ahí atrás, la quiero encima de mi asiento-  y tu piensas, y yo quiero un ferrari, pero es lo que hay… –
    Pero no dices eso, si no que sonries y sales del paso como puedes, y así un embarque tras otro, 4 ó 6 veces al dia,  5 dias por cada ciclo…  y un día, mientras añoras aquellas frías mañanas de Febrero de días cortos y vuelos casi vacios y vas por el pasillo saltando maletas tratando de llegar al PA para dar la voz de agilizar el embarque y estás buscando tu libro de voces en italiano, aparece un señor:
  • No tengo asiento
  • ¿Perdone?
  • Que no tengo asiento
  • Vamos a ver, claro que tiene asiento, está asignado en su tarjeta de embarque ¿me la deja?, si, ¿lo ve? aquí está, su asiento es el 16B
  • Ya, pero no voy a sentarme ahi.
  • Ah, muy bien, y ¿por qué?
  • Porque no quepo- y le miras, es alto, pero tampoco demasiado.
  • Pues señor, ese es su asiento asignado, tendrá que sentarse ahí.
  • Quiero hablar con el comandante
  • ¿Por el asiento? el comandante está haciendo comprobaciones de seguridad, ya sabe, cosas importantes, no está para estas cosas.
  • Eso me ha dicho su compañera, y le repito que quiero hablar con el comandante.
  • Pues lo siento mucho, pero yo le repito que eso no va a ser posible. Por favor, siéntese en su asiento- pero ves que se levanta y le ves avanzar hacia el galley delantero, le da un empujón a la compañera y se mete en cockpit con la cartera en la mano.
  • Buenas tardes, soy inspector de pesca
  • ¿Cómo?
  • Que soy inspector de pesca
  • Y yo soy piloto
  • No tengo asiento
  • ¿Perdón?
  • Como lo oye, que no tengo asiento
  • Pero vamos a ver, no entiendo…
  • Pues es muy sencillo, soy inspector de pesca y no tengo asiento- en ese momento entra la sobrecargo
  • Lo siento capi, me ha empujado y se ha colado.
  • ¿Cómo? ¿Ha empujado usted a mi sobrecargo?
  • ¡Quiero un asiento!
  • Salga de la cabina, vamos a arreglar esto.
  • Por fin… Necesito asiento en una salida de emergencia, o mejor en la fila 1- decía mientras salía de la cabina, convencido de iba a conseguir su objetivo – Pero una vez fuera el capi le dijo
  • ¿Ha facturado usted equipaje?
  • No, solo tengo mi maletín de inspector de pesca, es éste- dijo, mostrándolo orgulloso.
  • Muy bien, bájese del avión
  • ¿Cómo?
  • Fuera de mi avión, ha agredido a mi sobrecargo y ha entrado en la cabina de mando por la fuerza, no le permito volar. Fuera de aquí, el coordinador le acompañará.
  • Pero si yo soy…
  • ¿tengo que llamar a la policia? Aquí su profesión da igual, he dicho que se vaya.
Se fue mascullando que era inspector de pesca y poco después despegamos entre risas y bromas sobre inspectores de pesca. Sacamos el servicio de bar y cuando estábamos a mitad de pasillo vimos un perrito, monísimo y…¡fuera de su transportín!
  • Perdone señor, el perrito lo tiene que meter en el transportin
Mi compañera lo dijo con voz dulce y convincente al mismo tiempo. Al mirar al dueño del animalito me di cuenta de que me sonaba de algo, aunque no sabía de qué.
  • Es que esta cansado de estar ahí dentro.
  • Ya señor, yo lo entiendo, pero tiene que guardarlo.
En ese momento, el acompañante del pasajero nos dijo muy alegre:
  • Pero hombre…¡si es Pitingo!
  • ¡Pitingo! Claro, de eso me sonaba…
  • Señor- dijo mi compañera- a mi la raza del perro me da igual, lo tiene que meter en el transportin ya.
La cara de los pasajeros fue de lo mas cómico, y Pitingo y su acompañante se quedaron tan sorprendidos que guardaron al perrito sin rechistar. El día acabó sin que mi compañera supiera nunca que Pitingo no es una raza canina.

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