miércoles, 4 de agosto de 2010

David Warren, el inventor de la caja negra

El pasado lunes 19 de julio falleció el científico australiano David Warren, a la edad de 85 años. Warren, que ha muerto a la edad de 85 años, inventó hace 54 años la "caja negra" de los aviones. En concreto, el científico desarrolló la idea de registrar las voces de los pilotos y la actividad de los instrumentos en la cabina de mando de los aviones después de investigar el accidente de un Comet, el primer avión comercial a reacción, en 1953.

La idea de su dispositivo le vino a la mente al científico cinco años más tarde de este primer siniestro de un vuelo comercial con turbina, en 1985, según informó el Ministerio de Defensa australiano en un comunicado tras la muerte de Warren.

En un principio, el Departamento de Aviación Civil de Australia despreció la "caja negra", al considerla como un invento inútil. No obstante, el mismo año, después de que un funcionario aeronáutico británico viera el dispositivo, Warren recibió el dinero necesario para su fabricación comercial.
Con algunas variaciones, este sistema, también conocido como la grabadora de información de vuelo, comenzó a instalarse en todos los vuelos comerciales para esclarecer los motivos de un eventual accidente.

Ya en 1960, Australia se convirtió en el primer país en hacer obligatoria la instalación de la "caja negra" en los aviones de todas las compañías aéreas.

Actualmente, la "caja negra" es un equipo indispensable en la mayoría de los aviones.

El científico nació en 1925 en la isla de Groote Eylandt, en el extremo norte de Australia. Su padre murió en 1934 en un accidente avión. El doctor Warren desempeñó el puesto de jefe de investigación de los Laboratorios de Investigación Aeronáutica de la Organización de Ciencia y Tecnología de Defensa entre 1952 y 1983.

"La grabadora de información de vuelo de Warren ha prestado una contribución incalculable a la seguridad en la aviación mundial", señaló el ministerio en el comunicado.

Warren, considerado uno de los científicos australianos más brillantes, fue condecorado en 2002 con la Orden de Australia, la mayor distinción civil en su país, y la aerolínea australiana Qantas bautizó un Airbus A380 con su nombre en 2008. El científico deja esposa, cuatro hijos y siete nietos.